Título
Teleología: Las candidaturas independientes como factor de legitimidad electoral para la renovación de los poderes públicos
Autor
MARIA TERESA MARTINEZ RODRIGUEZ
Colaborador
JOAQUIN ORDOÑEZ SEDEÑO (Asesor de tesis)
Nivel de Acceso
Acceso Abierto
Resumen o descripción
Los candidatos independientes son aquellos postulados a un cargo de elección popular, impulsados por el respaldo de determinado número de ciudadanos y que no pertenecen a un partido político. En México la figura en análisis estuvo regulada desde 1810 y posterior a la época de la Revolución con la Ley para Elecciones de Poderes Federales del 2 de julio de 1918, en la que se les conferían los mismos derechos que a los candidatos de partidos políticos. A partir de la Ley de 1946 y ante el dominio de un partido político, así como a una ideología propia de la época, desaparecieron las candidaturas independientes al señalarse expresamente que sólo los partidos políticos podrían registrar candidatos a puestos de elección popular. La democracia constituye un régimen político que implica más que una simple forma de gobierno, o de su estructura económica social, sino que en ella se incorporan valores, actitudes y conductas democráticas, tanto por los ciudadanos, como por los gobernados. La democracia es el sistema político usado en la mayor cantidad de países en el mundo. Desde el punto de vista político, la democracia es una forma de gobierno en que la propia sociedad, orienta y dirige el poder del Estado. Abraham Lincoln (1863) la definió como "el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo". La justificación de la existencia de gobiernos democráticos, parte del supuesto de que todos los integrantes de la nación, están llamados a intervenir en su dirección. Por lo tanto, la implementación de este sistema, necesariamente debe venir aparejado con la posibilidad real, de participar en el destino de la sociedad, para el interés común general. Democracia siempre se ha asociado con participación ciudadana. Dicha asociación adquirió mayor importancia, cuando las sociedades de algunos países comenzaron a dejar de sentirse satisfechas con las consecuencias que la democracia podía presentar, lo que provocó la llamada “Crisis de la democracia”. Para Iván Escobar (2002), entre las causas de esta crisis se pueden mencionar: el incumplimiento por parte del gobierno de los principios de igualdad y libertad; el desprestigio de la clase política causada por la imposición de intereses personales o de grupo; el aumento de congresos desvinculados de la ciudadanía que los eligió; la existencia de grupos oligárquicos; la falta de representatividad de los partidos políticos; el dominio total de la vida política por parte de partidos políticos cerrados y que no practican la democracia interna; el predominio de la política mercadotécnica y un Estado debilitado ante los efectos de la globalización. Derivado de esa crisis, pudo observarse que durante el período en el que les correspondió a los partidos políticos el monopolio para solicitar el registro de candidatos a cargos de elección popular, diversos ciudadanos intentaron por diversos medios y en más de una ocasión, obtener el registro como candidatos independientes, que al ser negado por las autoridades electorales, fue impugnado ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien confirmando la negativa, ha declarado improcedentes las candidaturas independientes. A partir de esas negativas por parte de la Suprema Corte, ésta ha emitido diversos criterios que, a modo de jurisprudencia o tesis aisladas, han sostenido que para que se puedan reconocer las candidaturas independientes es necesario que el Congreso General así lo establezca en la Norma Suprema.
Si bien es cierto las reformas político – electorales, de febrero de dos mil catorce a nivel federal y de junio de dos mil catorce para el Estado de México, incorporan y definen las reglas de funcionamiento de las Candidaturas Independientes, no es menos cierto que la incorporación de la figura para los comicios electorales que se avecinan, es aún un reto, debido, entre otras cosas, a la complejidad de requisitos, costos, fiscalización y mecanismos previstos por la Ley, que hacen suponer que serán pocos los aspirantes que puedan cubrir los extremos legales; situaciones que hacen suponer la existencia de candados para evitar que en verdad cualquier ciudadano pueda aspirar a un cargo de elección popular; así las cosas, surge la interrogante: ¿Es posible que las candidaturas independientes, a la luz de las reformas político–electoral de febrero de 2014, sean una verdadera muestra de la expresión democrática ciudadana?
Editor
UAEM
Fecha de publicación
31 de agosto de 2015
Tipo de publicación
Tesis de maestría
Recurso de información
Idioma
Español
Audiencia
Estudiantes
Investigadores
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